Nuestro proyecto no se conforma con atraer ciudadanos a la cultura de la ciencia o con movilizarlos en apoyo de alguna perspectiva conservacionista, restauradora o regulatoria. Lo que queremos es apoyar los movimientos que reclaman los bienes comunes como parte de un patrimonio heredado y que debe ser legado a nuestros hijos. Y de los muchos bienes que existen vamos a poner toda la atención en los que tengan mayores connotaciones científicas y/o tecnológicas. Lo que tenemos en mente son asuntos tan relevantes como el aire, el agua, el clima, los ríos, el cielo, el suelo, la luz, el bosque, la mente, el código, la ley, el barrio o la paz.
Como ciudadanos sentimos que estos bienes constitucionales de nuestra vida en común, tanto en términos históricos como políticos y/o biológicos, están cayendo en manos privadas que deben ser vigiladas, además de reguladas. Tenemos derecho a un aire respirable, a un agua potable, a unos bosques cuidados, a un suelo fértil , a unas pesquerías artesanales, a un código abierto, a una ley transparente, a una ciudad habitable y a un cuerpo soberano. Pero tener derecho implica hacer más cosas que protestar o exigir de quienes mandan que regulen el (mal)uso del procomún. Para tener derechos hay que poder reclamarlos, lo que implica conocerlos mejor y, si podemos, amarlos.

 

Esta colección de Guías forma parte de un proyecto más amplio llamado La Avetura de Aprender (LADA) que tiene como eje vertebrador la convicciònn de que los movimientos sociales son tambièn actores relevantes en la producción de conocimiento y que, en consecuencia, deberían formar parte del sistema educativo.