La teatralidad de la vida universitaria; el engaño y la simulación en el aula

Este documento está escrito bajo la mirada de un profesor universitario, específicamente de las licenciaturas relacionadas con la pedagogía y la educación, además de clases con alumnos de posgrado en la profesionalización docente. Son resultados de reflexiones emanadas de las vivencias cotidianas con alumnos universitarios y las preocupaciones que se derivan de las actitudes asumidas diariamente en los salones de clases, así como las interpretaciones de las situaciones cotidianas, triviales y tribales de los aconteceres diarios en los espacios áulicos con sujetos en constante dialogo e intercambio de concepciones.

Se escribió en el afán de descotidianizar la vida en la universidad, con la intención de iniciar una ruptura con el flujo de la cotidianidad, de visualizar lo inaparente, elevar al objeto de estudio las lógicas escondidas en lo trivial. Estos lentes antropológicos, han permitido durante casi 20 años percibir como las actitudes, los intereses de los estudiantes universitarios van evolucionando en clara desvalorización de la formación profesional. Víctimas de la avasallante globalización que les ha arrebatado las ilusiones, las esperanzas y la posibilidad de un mundo mejor; han diseñado estrategias, artilugios y rituales para sobrevivir en los espacios universitarios y áulicos.

Estas representaciones e imaginarios colectivos han dado lugar a prácticas que elaboran, producen y exhiben para lograr una calificación que les permita pasar la materia. Para comprenderlas se tiene que reconocer que dichas prácticas están en estrecha relación con las concepciones que se tienen sobre el logro de un título, así como la búsqueda finalmente de un espacio de trabajo que pueda garantizar una remuneración redituable. En este sentido “… los imaginarios y las significaciones sociales como vía explicativa de la realidad se debe a la posibilidad de mirar un todo que se estructura sobre ciertas condiciones de cambio y movimiento que han de ser develadas.” (Hidalgo Villegas, 2017).