EL CONTROL EN EL DEPORTE

En el proceso de dirección los elementos involucrados se encuentran unidos según Zatsiorki (1989), por enlaces, siendo estos, directos e inversos. El enlace directo es el que va del entrenador al atleta, es decir, la influencia que ejerce el entrenador sobre el atleta cuando orienta la realización de un ejercicio o carga determinada. Los enlaces inversos son los que se manifiestan del atleta al entrenador, es decir, la información que recibe el entrenador sobre la tarea que se orienta.  La función de dirección se cumple de forma exitosa solamente cuando existen enlaces inversos, es decir, cuando el entrenador puede obtener información sobre qué ha sucedido con su influencia en la persona que está siendo dirigida. Ahora bien, este proceso es complejo, pues en el entrenamiento deportivo no se puede dirigir directamente sobre la variación del resultado deportivo, el entrenador solo puede realizar acciones que debe ejecutar el deportista que modifican su conducta; pero, como es conocido, las modificaciones que ocurren pueden ser positivas, es decir, se logra lo que busca el entrenador, pero también, pueden ser negativas si no se alcanza la conducta deseada. El alcanzar la conducta deseada es algo complejo pues el deportista es un sistema auto dirigido y por tal razón se hace mucho más compleja la dirección, es por ello que en este proceso resultan necesarios los enlaces inversos, es decir, la información que viene del deportista al entrenador: a esto se le denomina control. El control permite al entrenador conocer cómo se ha adaptado el organismo de los deportistas a las cargas que han recibido, y sobre esta base de constantes análisis de la información, tomar las decisiones pertinentes durante el proceso de dirección. Control debe estar compuesto por los indicadores determinados por el entrenador, en función de comprobar en el proceso de dirección del entrenamiento el cumplimiento de los objetivos propuestos en la planificación. Esto no quiere decir que no se planifiquen y determinen con anterioridad los elementos a controlar, sino que debe primar para esta selección los objetivos de la preparación. Control facilita el proceso de prevención de estados patológicos como el sobreentrenamiento y la aparición de lesiones. Los juicios de valor que se establecen sobre la información que se recoge en el control de la actividad permiten comprobar si los objetivos que se establecieron durante el proceso de planificación del entrenamiento han sido cumplidos por los deportistas. Sirviendo esto de retroalimentación al entrenador para la toma de decisiones sobre el proceso, en aras de perfeccionar el mismo y lograr el cumplimiento de los objetivos. El control es la categoría más general derivada de la función de dirección y regulación del proceso, el cual se complementa con las categorías evaluación y medición.