Sobre la estetización de la existencia (fiosofía de andar por casa)

En este artículo se reflexiona sobre el lugar al que se ve abocada la estética (como teoría del arte) tras la efectiva “estetización de la existencia”,  planteando una estética ordinaria alejada tanto del actual intento de convertirla de nuevo en filosofía primera o gnoseología inferior como del arte convencionalmente considerado político. La estetización de la existencia es exactamente lo contrario de lo que pensamos que es: es el contrapunto de la explotación capitalista de la dimensión reproductiva de la existencia; el contrapunto de la tendencia actual a explotar económicamente la disposición humana, radicalmente humana, a mantener una relación significativa, compleja, mediada y gratuita con la vida. La estetización de la existencia, que tiene que ver con el juicio sobre el gusto (expandido), implica la renuencia a traducir esa “intelección general” en mercancía y la disposición a interpretarla en clave estética, sin otra finalidad que la de afirmar el sentido de la vida. La estetización de la existencia nos obliga a entender que su propia sostenibilidad depende (ya casi pende) de nuestros deseos, lo que convierte las cuestiones de gusto en asuntos políticos que inciden en el grado de probabilidad de lo posible y decantan lo potencial hacia el futuro, que no es más que el resultado de lo que hacemos (y queremos) juntos.